Adela
Estudió conmigo desde kinder hasta el final del bachillerato. Fuimos los mejores amigos mucho tiempo, (aún después de finalizado el bachillerato), con esa irrepetible cohesión adolescente y sin ningún sesgo sexual, aún en la época de mayor estallido hormonal. Nuestras aventuras parecen pueriles, atávicas y aburridas a la luz del patrón conductual de los jóvenes contemporáneos; pero para nosotros en aquellos años eran el summum del atrevimiento y al diversión: Escaparnos de clase para comer "besos fríos" en la bodega de la otra esquina, reunirnos en casa del uno o del otro para ver "La Familia Munster", irnos de campamento a algún paraje montañoso, comer papas fritas con salsa de tomate y merengada, jugar a la Ouija, ponernos sobrenombres como "Heidi" y "Jotagé" y tantas cosas sabrosas que iban aparejadas a una fuerte disciplina para estudiar (que no nos pesaba), cosa que nos permitió destacarnos en el campo académico, y por tanto dejar complacidas a nuestras familias.
Los años y profresiones muy exigentes (medicina ella, arquitectura yo) nos llevaron por rumbos divergentes. Hace como 3 años que no hablo con Adela, pero mi cariño y aprecio hacia ella permanecen incólumes, y se que ese afecto es recíproco. Y si tuviera que volver a vivir la niñez y adolescencia, escogería otra vez a Adela como amiga, compinche y confidente.
Los años y profresiones muy exigentes (medicina ella, arquitectura yo) nos llevaron por rumbos divergentes. Hace como 3 años que no hablo con Adela, pero mi cariño y aprecio hacia ella permanecen incólumes, y se que ese afecto es recíproco. Y si tuviera que volver a vivir la niñez y adolescencia, escogería otra vez a Adela como amiga, compinche y confidente.